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Agilizan el proceso hasta el punto de poder facilitar el dinero en lo que tardas en tomarte un café. Si a eso sumamos la existencia de tipos de interés bajos que incentive a los bancos, ya no hace falta decir más. De la noche a la mañana hemos creado un nuevo nicho mercado.
Estos créditos ultra rápidos vienen a cubrir una demanda que había pasado por alto hasta la fecha la tradicional banca comercial: la necesidad de tapar un descubierto de última hora o a hacer frente a un improvisto. Anteriormente, este hueco lo cubríamos con pequeños préstamos a nuestros familiares o amigos, pero ahora existen entidades financieras que te pueden resolver el desaguisado. Imagínate que no quieres que la gente que te rodea sepa de tus estrecheces. Entonces, puedes acceder a este servicio.
Bien, veamos, nadie regala el dinero. Ya debes saber que las entidades financieras son empresas y, como tales, obtienen beneficios prestando sus servicios. Lo que hay de novedoso es el aspecto de la inmediatez y la falta de papeleo. Ahora bien, nadie va a prestarte dinero si no puedes asegurar que vas a devolverlo. Para eso te van a pedir copia de tu DNI y algún extracto bancario o prueba de ingresos. Aparte de eso, necesitarás estar conectado a internet porque la gran mayoría trabajan online. El acercarse a la oficina más cercana es ya parte del pasado.
El perfil preferido de estas entidades es el de un profesional con ingresos regulares que debe de hacer frente a un imprevisto. Imagínate al autónomo que se dedica a hacer portes con una furgoneta y se le estropea su vehículo. Tiene que pagar su cuota de la seguridad social. No puede dejar la cuenta a cero. Si no arregla el vehículo inmediatamente, no cobrará sus facturas y todo su negocio irá al traste.
Este es un caso claro, aunque no suelen desestimar ningún crédito porque el uso que le vayas a dar al dinero sea distinto que el meramente profesional. Repito: lo importante son las garantías de cobro que ofrezcas como cliente.
Por lo general, estos créditos van desde 300€ a 1.000€, pero también es verdad que dependerá de la política de cada banco. El sector del préstamo rápido es muy dinámico y competitivo. Es decir, abundan empresas para todos los gustos, por lo que fíjate bien en los requisitos. Te evitarás inconvenientes. Cuando pides dinero por primera vez no suelen concederte cantidades grandes. Si te ganas el respeto del banco como cliente, podrás pedir más adelante mayores sumas.
Un consejo de experto: busca bien. Como el sector está en alza puedes encontrar ofertas de bancos que quieren atraer nuevos clientes y prestan a un interés particularmente atractivo.
Las cuotas y los intereses suelen ser altos. En torno al 20%. Esto es, al final podrías estar pagando varias veces la suma que has pedido. Tampoco es algo tan grave porque hablamos de cantidades pequeñas.
El tiempo que te requerirán para amortizar el crédito no suele ir más allá de los tres meses. Todo dependerá de cuál sea el montante a sufragar. Recuerda: a mayor tiempo, mayor será el interés que te pondrán. Es lógico. Están asumiendo un riesgo mayor de impago.
En España la actividad bancaria está regulada, y existen derechos que protegen a los consumidores de posibles estafas. Eso no quiere decir que no existan, pero son raras. En cualquier caso, ahí va toda una batería de recomendaciones para no te la den con queso.
Antes que nada, nunca pidas dinero porque sí, ni más del que necesites. Como hemos mencionado arriba los intereses que cobra el banco son generosos. Lo que es más, si fallas en hacer frente a una de las cuotas, podrías estar entrando en una deuda tramposa. Los intereses suelen aumentar, y podrían incluir algún tipo de penalización. Muchos piden dinero de manera impulsiva, y eso es algo en lo que nunca deberías caer. ¡Lee bien las condiciones!
¿Cómo elijo la mejor opción si nunca se me dieron bien los números? Vale. Aquí viene un truco para comparar créditos sin pifiarla. Suma todas las cantidades que tendrás que sufragar, luego divídela por el principal, esto es, la cantidad que has pedido. ¿Cuántas veces vas a pagar el montante? En teoría todos deberían andar por la misma cifra. Como regla general, desconfía de los chollos.
Lo siguiente es ver si vas a ser capaz de pagar las cuotas en las fechas en las que te has comprometido. Compórtate de manera responsable, porque los bancos también cuentan con derechos que les protegen de malintencionados clientes.
Resulta que todo lo malo que tenía que suceder ha sucedido, y ahora no puedes hacer frente a una cuota. Bien, sé sincero en todo momento con la entidad bancaria. Avísales con tiempo de antelación de tu impago, si puedes. No creas que vas a ser ni el primero ni el último al que le vaya a ocurrir un imprevisto. La compañía crediticia podría facilitarte alguna alternativa. De seguro están acostumbrados a lidiar con casos como el tuyo. Eso será mil veces mejor que piensen de ti que eres una persona poco honesta.