A la velocidad a la que vivimos, a veces nos olvidamos de hacer una clásica lista de pros y contras de una decisión. Esto es especialmente aplicable a los mini préstamos, ese producto online del que tanto has oído hablar y que permite pedir una pequeña cantidad de dinero online, sin papeleos, y recibirla en cuestión de minutos. Con tanta rapidez, ¡cualquiera se para a pensar! No obstante, es bueno hacerlo: te lo explicamos.
En primer lugar, son un tipo de préstamo que se devuelve en una única cuota, de golpe, al final del periodo, que suele ser de 28 días o un mes, junto con los intereses. Hay que verlo venir para prepararse y que no se produzcan demoras.
Si ese día llega y no puedes ingresar el dinero, tranquilo: contacta con la entidad para ver si es posible un aplazamiento, y conocer el coste que tendría para ti. Una solución negociada siempre es mejor que dejar pasar el tiempo.
Precisamente por esos dos motivos, los minipréstamos deben ser usados de forma puntual, no fija ni regular, porque son un producto que puede llegar a presionarte si no lo manejas bien.
Las cosas buenas son muchas: muchos mini préstamos pueden ser gratuitos, sin intereses, para nuevos clientes e importes iniciales, porque las entidades, frente a la elevada competencia, buscan captar clientes permitiéndoles acceder a un dinero instantáneo gratuito la primera vez.
Otra ventaja enorme es que son muy rápidos: se solicitan en minutos, la respuesta es inmediata y el dinero vuela a tu cuenta ese mismo día. Los puedes solicitar de día o de noche, entre semana o durante el fin de semana. Siempre disponibles.
Por otra parte, están a disposición de cualquier persona: con nómina o sin ella, con ASNEF, sin aval, para estudiantes sin ingresos y para jubilados o desempleados. Ninguna entidad pide apenas documentación y no hay que ser cliente previo ni tener vinculación con ciertos bancos.
Vicente Fleites(LinkedIn)
