Vivimos en un mundo digitalizado y online. Cada vez realizamos más transacciones a través de un teléfono móvil o un dispositivo. Sin embargo, el mundo online sigue siendo un lugar desconocido, en tanto que introducimos nuestros datos personales, accedemos a servicios, compramos, contratamos, creamos usuarios y contraseñas, etc. ¿Qué ocurre con esos datos? ¿Qué está haciendo el mundo de las finanzas y los préstamos para proteger nuestra información respecto al RGPD de la Unión Europea?
Los préstamos online son uno de los productos más transparentes del mercado, ya que prácticamente toda la información está en el sitio web de la entidad y de forma directa y accesible para cualquier visitante.
Es de obligatorio cumplimiento que las entidades, financieras o no, que quieran nuestros datos, recaben los mismos y soliciten nuestro consentimiento explícito (mediante una casilla o una aceptación) para proporcionárselos. Ese consentimiento lo debemos dar para granjearnos ciertos servicios.
Es especialmente importante a la hora de acceder a préstamos online sin papeleos, ya que las entidades emplean datos personales (DNI, IBAN, etc) para verificar nuestra identidad y concedernos financiación.
Cada entidad debe disponer de unos términos y condiciones y de una política de privacidad actualizada donde se explica también quién es el responsable del tratamiento de los datos, cuál es la finalidad de los mismos, y se recuerde al usuario sus derechos al respecto. El almacenamiento debe ser seguro, fiable, y sólo pueden usarse los datos para los fines consentidos por el usuario. Es por eso que se debe estar seguro de la entidad a la que se le pide un préstamo, que sea legal y proteja estos derechos.
Cuando cedemos nuestros datos a cualquier entidad financiera, debemos ser conscientes del uso que se les va a dar. Normalmente se usan para realizar análisis internos, capacidad de concesión del sistema automatizado, elaboración de perfiles, y para fines comerciales (publicidad).
Por lo general, las empresas de préstamos online, o los bancos tradicionales, conservan nuestros datos durante el periodo de vigencia del préstamo u otro producto de financiación contratado. Con posterioridad, se incorporan a una base de datos que podrían cederse a empresas de la misma red de entidades o para otros fines comerciales o de mejora de servicios.
Los usuarios tenemos derecho a acceder a esos datos, rectificarlos, oponernos, limitarlos o suprimirlos contactando con la entidad responsable de su tratamiento en cualquier momento.